Para que paguéis el precio por haber sido tan felices.

Llamemos al cielo, y si hay alguien  prendamosle fuego. Hagámosles ver el sufrimiento que causaron. Sean quiénes sean ellos. Castiguémosles, por los que se llevaron y más aún, por los que dejaron aquí. Porque no siempre fueron justos. Porque debieron dejarnos más tiempo, de otra forma todo fue solo una broma de mal gusto. Primero os unimos, os convertimos en uno solo, haciéndoos necesarios. Y luego nos llevamos una parte, no a los dos para que permanezcáis juntos, no, solo a uno, para que así paguéis el precio por haber sido tan felices. Quizá sea eso, que no se puede ser tan feliz como lo éramos nosotros; no podían soportarlo. Pero me da igual, no tiene excusa lo que hicieron, a ti te matan y a mí me dejan muerta en vida. ¿Acaso allí eres tan indispensable como aquí?. Y si lo destruyo, puede que te obliguen a caer con ellos pero a cambio nadie volverá a sufrir de esta manera. No será necesario volver a despedirse con estas palabras, no habrá mas paz; un anciano, una persona grande, no volverá a sentir miedo.