Que lo de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día en que me dio dos besos y me dijo su nombre.

Y es cuándo el tiempo se para, es ese momento. Cuándo tus pensamientos vuelven al mismo sitio en el que se han pasado tanto rato,  cuándo estas sola en tu habitación y el tiempo es lluvioso , triste y no ha sido un buen dí. Suena esa canción que hace que se te erice la piel. Un cúmulo de situaciones se juntan, o más bien sólo una. 
Es cuándo tu amiga te dice que le ha visto con ella. Te dice que sí, que es guapa y que se la ve buena chica. Vale, eso ha dolido, te mantienes en pie para lo peor, necesitas escucharlo. Preguntas y te dice lo que ya sabías, que se le veía bastante feliz con ella. La sonríes, por dentro mueres y ella lo sabe, así que solo te abraza. No sabe qué decirte que no sepas ya; que ahora ella está en su vida, que no puedes extrañar lo que nunca tuviste, que debes pasar página, que un clavo saca otro clavo, que ya encontrarás a otro como él, que tengas paciencia... Vale, ¿que nunca le tuve? cierto, pero lo quise más de lo que esa zorra lo hará nunca, que yo nunca he tenido paciencia y no voy a empezar a tenerla ahora, que yo no quiero pasar página , que no quiero encontrar a otro como él , que lo quiero a él. Al fin y al cabo ninguno de nosotros dijimos para siempre pero tampoco hasta nunca.
¿Razones? , ya no me quedan,  pero a estas alturas ya me da igual no tenerlas, lo echo tanto de menos. No duro mucho , no fue la mejor ni la más bonita , pero dios ¡que historia!.
Parece mentira pero ahora ella me recuerda tanto a mi. No en su físico ni en su forma de ser, ni mucho menos, en eso somos polos opuesto; pero cuándo la miro  me veo a mí, tiene el mismo brillo en los ojos cuando estáis juntos que el que tengo yo cuándo oigo tu nombre. Pobre inocente, no se da cuenta de que cuándo todo acaba solo te quedan mensajes que releer que te recuerden ese temblor de piernas, esas putas hormiguitas en el estómago, ese no saber que ponerse, cómo saludarle y las inmensas ganas que tenías de verle. 
Intentas tararear la canción, con la única intención de sentirte mejor, de tranquilizarte... intento fallido. Todo se te viene encima, te sientes frágil , débil y vulnerable. Yo juro que lo llevo bien, hasta que llega con ese buen humor que me pierde, con esos andares, hablando alto para que todos le oigan, riendo como siempre; hasta que veo como bebe las cervezas, cómo anda sobre las baldosas, como se aparta el pelo que el viento le coloca sobre la cara. Entonces pienso lo  fácil que parece a veces depender de alguien y que  todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día en que me dio dos besos y me dijo su nombre.
Pues justo ahí te das cuenta de lo realmente mal que estás, del tiempo que hace que no cantas en la ducha o te ríes al ver un anuncio tonto , que ya no dibujas caras en el vaho del espejo del baño, que ya no escribes , que has dejado de hacer lo que quieres, cuándo quieres ,  que ya está, que ya vale  ¿no?.
 No hay más que decir,  y sí, la vida es muy puta y la huida difícil pero se trata de eso , de luchar contra la mierda de siempre, solo; y no estoy segura de que valla a salir bien pero todo es acostumbrarse . Eso sí, sé que nada, absolutamente nada volverá a parecerse a lo de entonces y sé también  que si tu me dices ven, vuelve,  yo lo dejo todo y sé que si pudiera elegir, no sería este final el que yo eligiera sino uno en que tu fueras algo mío pero cómo nada de esto va a pasar, sólo queda asumirlo, avanzar aunque no quiera , por mi bien, dejar pasar el tiempo , que se supone que lo cura todo.
Pongo la canción a topo trapo y abro la ventana para que todo el mundo me oiga cantarla. Abro el cajón , cojo tu foto, lo observo todo con detenimiento una última vez , ahí va la última lágrima y la rompo... sé que así no soluciono nada, así que me seco la cara, me levanto, me pongo mis vaqueros, una sudadera y las vans. Cojo la blackberry , los cascos, mi tabaco y el mechero. Bajo, no recuerdo haber avisado de que salía, da igual, ya volveré. No me voy aún , antes me fumo un par de pitis. Me la fumo a ella; a la guapa y buena chica, me le fumo a él;  las ganas de que me esté esperando abajo. Me voy , sola; mejor que nunca, segura; como antes. No haré nada en especial pero hoy sera el día que marque el resto.